La idea romántica de alcanzar un estado de felicidad permanente es utópica. En cambio,    si parece razonable aspirar a poder sentirse bien consigo mismo y con su  entorno de relaciones a nivel familiar, social y laboral.

Sin embargo, el malestar y sufrimiento psicológico  experimentado por las personas es muy común cuando por ejemplo;   se dan situaciones invalidantes, inesperadas o traumáticas que resultan inexplicables para la persona; o cuando la persona se siente atrapada en un  dilema, aparentemente irresoluble, que la  bloquea; o  cuando la persona percibe que las cosas no ocurren según ella anticipaba.

En todas estas situaciones las personas sentirán algún tipo de  "tensión interna" que puede ir desde un ligero malestar, si el hecho que anticipa les implica poco emocionalmente, a un gran sufrimiento psicológico o crisis, en el caso contrario.     Ese sufrimiento   puede derivar  en     múltiples  síntomas y  trastornos psicológicos y psicosomáticos que pueden ser entendidos  como un intento desesperado,  pero para nada "estúpido", de disminuir ese sufrimiento. De esta forma,  Ansiedad, Fobias, Ataques de Pánico, Obsesiones, Trastornos de la Alimentación, Adicciones a sustancias, Socioadicciones, Depresión... como trastornos psicológicos y Dolor Crónico, Fibromialgia, Reacciones cutaneas, Alérgicas, Afecciones Gastrointestinales, Dolores de cabeza-migrañas o Alteraciones del sueño, entre otros, como trastornos psicosomáticos; serían  esos intentos de solución a un problema mayor, al cual, por razones diversas, la persona todavía no ha podido afrontar directamente. Áreas de Intervención (Ver más...)